Continúo
persiguiendo a gente interesante para que, a punta de pistola, responda mi
cuestionario estandarizado.
Hoy
le toca Martín Sancia Kawamichi, un tipo súper copado y buena onda que tuve el
placer de conocer en la pasada Feria Nacional del Libro de Villa Mercedes.
Mil gracias Martín!
Mil gracias Martín!
MARTÍN
SANCIA KAWAMICHI nació en Buenos Aires en 1973. Estudió el Profesorado de
Lengua, Literatura y Latín en el Instituto Alicia M. de Justo y Realización
Cinematográfica en el CIEVYC. Publicó tres libros pertenecientes al género
infantil: Breves historias de animales sabrosos, engreídos, enamorados,
malditos, venenosos, enlatados, tristes, cobardes, crueles, espinosos... (y
otras historias) (2009), Los poseídos de Luna Picante (Segundo Premio Sigmar de
Literatura Infantil y Juvenil 2014) y 25 tarántulas (2016… libro que además muy
gentilmente le dedicó a mis hijos Álvaro y Clara). Participó, junto a Victoria
Rigiroli, Diego Meret y Ezequiel Dellutri, del libro Cuentos policiales para
niños (Ediciones Lea, 2015). Fuera del género infantil, su novela Hotaru obtuvo
el Primer Premio en el Concurso de Novela Negra BAN!—Extremo Negro 2014, y su
novela Cachivaches (inédita) fue finalista del Premio Internacional de Novela
Negra Córdoba Mata 2015. Participa del programa de radio Kriminal Mambo junto a
Beto Nacarado y Marcelo Rubio. Coordina talleres y seminarios de literatura
infantil junto al escritor Ezequiel Dellutri. Su novela Todas las sombras son
mías obtuvo recientemente el Premio Sigmar de Literatura Infantil y Juvenil 2017.
Este
2017 publicó Shunga (Evaristo Editorial), novela adulta, la cual un gran número
de escritores y críticos (entre los que me incluyó) sostienen que se trata de
la novela argentina de este año.
Foto
de Ale Meter
1- ¿Qué
fue antes, el huevo o la gallina? ¿Qué hay primero? ¿Un lector que se
transforma en escritor, o un escritor que se transforma en lector?
No
creo que el lector se transforme en escritor, porque dicho así parecería que el
escritor deja de ser lector. En mi caso, soy un lector que sigue siendo lector
y, además, escribe (pero sin dejar, ni por un segundo, de ser un lector).
2- Describime
tu escritorio a la hora de sentarte a escribir un texto.
No
tengo escritorio. Escribo sentado en el piso o, directamente, en la cama. Y
siempre tengo cerca a alguno de mis tres gatos.
3- ¿Cuánto
hay de tu pedacito de barrio en tu escritura?
Hay
una frase de Charly García que me gusta. Dice: El barrio fue y será una
porquería, ya lo sé… Me gusta esa frase. Llevé mucho tiempo el barrio en los
maxilares. Viví en Barrio Sarmiento, en San Cristóbal, en San Telmo, en Lanús,
en La Boca…, en miles de barrios, pero el barrio que me impregnó fue Barrio
Sarmiento. Y sí, aparece en mi escritura. Me gusta utilizarlo como escenario.
Pero no tengo una mística barrial, y no me gustaría que en mi prosa respire mi
barrio, por una razón sencilla: Barrio Sarmiento respira mal.
4- Todos
los escritores recomiendan tomar talleres. ¿Por qué hay que tomarlos?
Porque
lo recomiendan todos los escritores. Creo que esa ya sería una razón más que
suficiente.
5- ¿Cuál
es el mejor consejo que te han dado como escritor?
Consejos
técnicos hubo muchos y no podría elegir uno. Pero hubo alguien que me aconsejó
que dejara de consumir boludeces antes de escribir, y creo que ese consejo fue
fundamental.
6- ¿La
mayor alegría literaria que has tenido?
Descubrir
la escritura de Onetti cuando era un adolescente.
7- ¿Qué
escritor te robó una idea antes de que se te ocurriera?
No
me pasó. Mis ideas son tan tontas que, si algún escritor la tuvo antes,
seguramente la desechó.
8- ¿Qué
se siente haber terminado un texto?
Euforia.
9-
¿Qué debe tener un buen texto?
Honestidad,
para empezar.
10- ¿Cómo
es el lector ideal?
Lo
imagino con forma de huevo, sin rostro, sin nada humano. Por alguna razón, creo
que todo lo que es ideal tiene forma de huevo. Prefiero los lectores
imperfectos.
11-
Un buen escritor… ¿se expone sin tapujos? ¿O logra evadirse totalmente?
Creo
que alguien que se expone sin tapujos es tan insoportablemente aburrido como
alguien que se evade totalmente, sea o no sea escritor.
12- ¿Qué
cosa está sobrevalorada en la literatura?
La
trascendencia de una obra. No creo que una obra, por el hecho de trascender
siglos, sea buena o sea importante. La trascendencia se pude deber a miles de
razones ajenas a la literatura. Incluso, se puede deber a mezquindades. Creer
que la trascendencia nos habla bien de una obra es creer que la injusticia
tiene un límite, y yo no creo que lo tenga.
13- Si
llegaran los extraterrestres… ¿Qué libro les regalarías como muestra del genio
humano?
Los
libros de Nik. Para engañarlos. Para que crea que somos una manga de pelotudos
que apenas si podemos pensar.
14- ¿Qué
diferencia hay entre tu primer libro, y el texto en el que estés trabajando
ahora?
La
diferencia fundamental es que estoy mucho más cerca de la muerte. Eso cambia
todo.
15- ¿Qué
rostro tienen tus musas?
Tienen
cara de estafadas, pobres.
16-
Al mejor estilo Frankenstein… armame un monstruo con partes de diferentes
escritores.
Ese
monstruo tendría pedazos de Cervantes, de Shakespeare, de Garcilaso de la Vega,
del Arcipreste de Hita, de San Juan de la Cruz, de Petronio, de Santa Teresa,
de Sarmiento, de Mármol, de Mary Shelley, de Mansilla, de Borges, de Marechal,
de Syria Poletti, de Carroll, de Quiroga, de Valle Inclán, de Ellis, de
Tanizaki, de Kawabata, de Onetti, de Goethe, de Mann, de Silvina Ocampo, de
Elizabeth Smart, de Simenon, de Orozco, de Chesterton, de Dante, de Boccaccio,
de Carson McCullers, de Tolstoi, de Flaubert, de Cocteau, de Leon Bloy, de De
Quincey… para decir algunos.
17- Un
libro que todos recomienden y que no te haya gustado.
La
conjura de los necios de John Kennedy Toole.
18- ¿Cómo
sería un mundo sin libros?
Habría
muchos árboles, por todos lados.
19- Funda
una nueva religión. A quiénes se adoraría. Cómo serían los rituales.
Se
adoraría a los gatos. Y habría un solo ritual: dormir todo el tiempo, como
hacen ellos.
20-
¿Qué título tendría tu biografía póstuma?
La
sombra sin hombre.
Bonus Track- ¿Qué pusiste la primera vez que dedicaste un libro?
Fue
una dedicatoria ficticia, que está en mi primer libro. La dedicatoria era parte
de la ficción. A Bruselas, decía.
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